Para los aficionados al bikepacking y al gravel, Sofiane Sehili no necesita presentación alguna. Su palmarés contiene victorias en las pruebas de bikepacking más importantes y exigentes del mundo. Nos reunimos con él en su ciudad natal, París, tras su reciente éxito en la prueba del Tour Divide de 4.400 km (2.275 millas) y charlamos sobre las etapas de ocho horas en bicicleta, los vientos en contra y lo que le depara el futuro.
"Pedaleé durante casi 40 horas y me detuve a echar una siesta de 15 minutos al lado de la carretera. Después de la siesta estaba bien, y me sentía bien para seguir rodando durante la noche. Había dormido suficiente”, afirma Sofiane con una expresión inexpresiva en su rostro. Para él es algo perfectamente normal, pero eso es parte de lo que le permite ser un deportista de ultrafondo tan increíblemente exitoso. Como corredor habitual de gravel o de bikepacking, es fácil suponer que el éxito en las carreras de varios días se reduce a la velocidad absoluta, a las habilidades técnicas o a unos niveles de resistencia alucinantes, y hasta cierto punto, todo esto es cierto. Pero en el caso de Sofiane, su superpoder parece ser todo lo anterior más la capacidad de funcionar con volúmenes de sueño tan minúsculos que los vulgares mortales nos convertiríamos en un guiñapo si intentáramos hacer lo mismo.
La estrategia de Sofiane para el Tour Divide, que va desde Banff (Canadá) hasta Nuevo México, era sencilla: evitar las paradas innecesarias para reabastecerse. Imaginó que la mayoría de sus principales competidores se detendrían en el primer punto de reabastecimiento posible en el kilómetro 250 en Fernie, Colombia Británica. "Todo el mundo para ahí, y la última vez que participé en la prueba, en 2019, yo también paré ahí, pero no creo que fuera necesario. Esta vez me dije, si me queda comida, ¿para qué parar? Esta vez estaba con Manu [Cattrysse] y Josh [Ibbett] y sabía que probablemente pararían. Cuando hice la compra antes de empezar la carrera, estaba en el supermercado y al principio elegí un sándwich y luego otro. Y entonces pensé que podría coger cuatro porque me los iba a comer de todos modos. Lo cierto es que ni siquiera lo calculaba: cada vez que compraba algo, pensaba, bueno, puedo coger dos. Terminé con una mochila plegable grande repleta de comida. Pensé en todas las paradas extra que hice en 2019 y en lo innecesarias que habían sido. Si cargas la mochila correctamente no es necesario parar más que una vez al día".
"Sabía que podía recorrer más distancia sin dormir y que, si no paraba, podía ahorrar 200 dólares".
A pesar de ser uno de los mejores corredores de ultrafondo del mundo, a veces las consideraciones prácticas más mundanas dictan cómo evoluciona la participación en una prueba. “La segunda noche de la prueba me apetecía bastante parar. La primera noche la pasé sobre la bicicleta, pero cuando llegué a Columbia Falls no pude encontrar un hotel por menos de 200 dólares la noche, así que decidí continuar. Sabía que podía seguir pedaleando sin dormir y eso significaba que podía ahorrar dinero, así que lo hice. Al principio intenté encontrar una iglesia que estuviera abierta, o a veces las oficinas de correos de EE.UU. tienen porches protegidos donde se puede dormir durante una hora, pero todo estaba cerrado".
Algunos de los titulares más llamativos del Tour Divide 2022 estuvieron relacionados con el tiempo/la climatología. Tormentas de nieve. Vendavales atronadores. Lluvias torrenciales. Tormentas eléctricas. Incendios forestales. En resumen, condiciones no muy óptimas para recorrer 4.000 km a través de Estados Unidos. "El tiempo fue realmente malo durante toda la prueba. En realidad, la nieve no fue la peor parte; cuando llegas a la nieve y tienes que bajarte y empujar la bicicleta durante 90-120 minutos, algunos músculos pueden descansar un poco. Después estás deseando volver a subirte a la bicicleta. Llegas a la primera bajada, exultante y feliz de volver a pedalear. En cambio, imagínate pedalear con el viento en contra durante tres días seguidos a través de Wyoming y Colorado: teníamos un viento en contra constante de unos 30 km/h, con rachas de unos 50 km/h. Fue un infierno. Incluso cuando deja de soplar o llegas a algún lugar protegido del viento, te encuentras realmente cansado de enfrentarte a ese viento continuamente".
"Este año se cumplieron los peores pronósticos climatológicos"
Sofiane tiene un recuerdo increíblemente detallado de la carrera y, mientras está sentado con nosotros bajo el sol parisino del final de la tarde, puedes verle repasar mentalmente etapa por etapa. "Realmente no era consciente del mal tiempo que iba a hacer y de la cantidad de nieve que habría en la cima de los puertos más altos. Estaba a lo mío. En los grupos de chat de eventos de Facebook hay gente que intenta asustar a los demás, a menudo basándose en sus propias inseguridades, pero yo intento no hacerles caso. Intenté ser optimista, pero éste no era un año para serlo: ¡este año se cumplieron las peores predicciones meteorológicas!” afirma, sonriendo irónicamente. “Calculo que pasé siete de las primeras cincuenta horas de la carrera caminando sobre la nieve, más otra hora haciendo lo mismo cuando llegué a Wyoming,” continuó. "Sin embargo, algunos de los corredores que venían detrás de mí se encontraron con unas condiciones bastante peores: me enteré de que había caído mucha nieve después de cruzar los puertos más altos, por lo que los tramos en los que tuve que ir empujando la bicicleta durante 2,5 o 3 horas, a otros corredores les costó más del doble. Esa fue la auténtica ventaja de no parar durante las primeras cuarenta horas de la carrera".
"Así es como me mantengo motivado: básicamente me miento a mí mismo".
Para una prueba tan exigente como el Tour Divide, que dura más de dos semanas, la motivación es un elemento vital. "Intento marcarme objetivos pequeños. Me digo a mí mismo cosas como "mejorará después de tal o cual punto, o después de la siguiente parte". Te engañas a ti mismo pensando que esta mala racha no puede durar tanto y que las cosas mejorarán más adelante. Así es como me mantengo motivado: básicamente me miento a mí mismo. En definitiva, estoy ahí para ganar. El objetivo es dar lo mejor de ti mismo. En el bikepacking todos los corredores de alto nivel nos exigimos mucho. La naturaleza de este deporte consiste tanto en esforzarse y superar los límites y tratar de descubrir lo que puedes hacer, que cuando no estás superando tus límites, te sientes culpable por no esforzarte más. Incluso cuando lo hago bien y gano una prueba, si siento que no lo he hecho lo mejor posible, miro hacia atrás y pienso: "Vale, la próxima vez tengo que encontrar la manera de ser más eficiente y de afrontar mejor las situaciones".
"Este tramo era muy susceptible de sufrir inundaciones repentinas y cuando se moja se vuelve casi intransitable".
En una prueba tan larga como el Tour Divide, es probable que los participantes se enfrenten a situaciones que están fuera de su control. En la edición de 2022, un enorme incendio forestal en Nuevo México declarado antes de la salida obligó a los organizadores a desviar a los participantes para evitar el peligro. "La sección de Nuevo México me pilló realmente por sorpresa". Explica Sofiane. "El nuevo tramo del recorrido era mucho más corto [por lo que los tiempos de llegada de los corredores en la prueba de 2022 no pueden compararse directamente con los tiempos de los corredores de años anteriores]. Como la nueva ruta era más corta y tenía más tramos asfaltados, lo que hicieron los organizadores fue incluir un tramo que está en la ruta de la Great Divide MTB pero que normalmente no se incluye en la ruta de la Tour Divide. Este tramo transcurre casi en su totalidad por grava, pero atraviesa una zona muy susceptible de sufrir inundaciones repentinas y cuando se moja se vuelve casi intransitable. En el momento en que nos pusimos en marcha, Nuevo México estaba en llamas y nadie esperaba que el monzón se adelantara y que esto resultase problemático. Pero es exactamente lo que sucedió. Me libré de parte de la lluvia porque me adelanté a ella, pero al llegar a Nuevo México ya llovía, aunque todavía no era una lluvia monzónica. Acabé siendo el único corredor que realizó el recorrido completo que se había diseñado para este año".
La diferencia de velocidad entre Sofiane y sus compañeros se hizo más evidente durante este tramo de la prueba “Los corredores que venían detrás de mí llegaron a este nuevo tramo de grava cuando ya se había instalado el monzón y aquello fue un infierno. El primer corredor, Manu, llamó al organizador y le comunicó lo que estaba ocurriendo, y como el organizador sabía el riesgo que corría ese tramo por las inundaciones repentinas, desvió a todo el mundo excepto a mí, que ya había pasado por ese punto. El nivel del agua subió rápidamente y tuve que atravesar auténticos ríos, algo que no esperaba. Tardé trece horas en hacer un tramo de la prueba que, en condiciones normales, habría sido de 8 o 9 horas".
"Estaba en medio de la carretera abierta totalmente expuesto.
Después de la nieve profunda y los vientos constantes, los corredores tuvieron que enfrentarse a lluvias torrenciales y tormentas de dimensiones bíblicas. "Incluso cuando pasé el tramo de grava y volví a la ruta asfaltada, la lluvia era como solo la he visto en países tropicales: rebotaba en la carretera. La carretera estaba completamente inundada y había ríos de agua enfangada que bajaban de las laderas circundantes. En algunos lugares, el agua de la carretera llegaba hasta el buje. Los lugareños están acostumbrados, pero un par de ellos pararon sus vehículos al pasar junto a mí para asegurarse de que estaba bien. Un tipo que iba en una caravana se detuvo y me advirtió sobre el mal tiempo que se avecinaba detrás de mí. El cielo que tenía detrás estaba completamente negro y había relámpagos prácticamente cada treinta segundos. No había árboles, estaba completamente expuesto en medio de la carretera abierta. Ya me había visto en situaciones bastante difíciles sobre la bicicleta, pero ésta fue una de las peores porque no tuve más remedio que seguir adelante".
"Encontré un camping cercano y me refugié en el baño durante 6 horas, envuelto en una manta de emergencia".
El carácter de última hora del desvío del tramo hizo que muchos de los corredores, incluido Sofiane, no tuvieran tanta información detallada como hubieran deseado. “Cuando estaba estudiando la prueba antes de comenzar me di cuenta de que el tramo que comenzaba a partir de la cima del último puerto estaba marcado como sin asistencia. Como el puerto era tan alto y llovía tanto, me preocupaba sufrir una hipotermia y esa fue una de las razones por las que me detuve y me refugié en el baño del camping. Todo esto era el tramo desviado del recorrido, por lo que nadie lo conocía bien. Resulta que hay un "ángel del camino" en la parte final del descenso y puedes quedarte en su porche, que está protegido de las inclemencias del tiempo. Pone allí un saco de dormir y bocadillos para los corredores. Si lo hubiera sabido de antemano, probablemente me habría lanzado solo al descenso y habría pasado una hora en ese saco de dormir para después continuar. A partir de ese punto, la altitud es solo de unos 1500 m, por lo que incluso si la temperatura hubiera seguido siendo baja, habría estado bien. Ninguno de los corredores conocía a este ángel del camino, pero ella hizo una publicación en el grupo de Facebook de la prueba para decir "Hola, estoy aquí, esto es lo que ofrezco". Por desgracia fue demasiado tarde para mí, ya que cuando lo publicó yo ya había terminado la carrera".
Aunque la parada no programada de Sofiane le permitió descansar un poco, le causó otros problemas: “Cuando hice el estudio previo a la carrera, supe que durante este tramo, de unos 300 km, no hay posibilidad alguna de reabastecerse de comida, así que básicamente tienes que ser autosuficiente. Lo había previsto, así que llevaba una tonelada de comida, lo que me permitía no tener que parar. Sin embargo, no había tenido en cuenta las seis horas que estuve refugiado en el baño del camping, así que me quedé sin comida en los últimos 60 ó 70 km hasta Silvercity, lo que me obligó a desviarme de la ruta para encontrar comida, lo que supuso otra hora perdida, pero en ese momento comer era más importante que ahorrar una hora de tiempo".
"Quería ganarla en el menor tiempo posible, a ser posible por debajo de los catorce días. Ese era mi objetivo al empezar la carrera".
Sofiane no solo quería ganar la prueba, sino también marcar el mejor tiempo. El récord del recorrido de Mike Hall se mantiene desde 2016 y es de unos increíbles 13 días, 22 horas y 51 minutos. En un principio, Sofiane quería intentar superarlo, pero la alteración del recorrido hacía improbable que esto fuera posible. “Sabíamos desde el principio que la ruta iba a modificarse, por lo que no iba a ser el recorrido del récord y mi tiempo de llegada no sería directamente comparable con el récord de Mike Hall. Obviamente, me sentí decepcionado, ya que quería intentarlo. Tenía la ligera esperanza de que el tramo de Nuevo México que se cerró por el incendio forestal se reabriera antes de llegar a él. El organizador me dijo que si esto ocurría, desviarían a los corredores al recorrido original, lo que significaba que batir el récord era una clara posibilidad. Tristemente, el tramo dañado por el fuego no se abrió hasta el día en que terminé y todos los corredores hicieron la versión desviada".
"Mi tiempo de este año ha sido el quinto más rápido de la historia, a pesar de las circunstancias, y eso me da mucha confianza".
"En cuanto supe que no iba a poder llegar a batir el récord de Mike, me centré únicamente en ganar la prueba. Pero dicho esto, quería seguir dejando constancia del tiempo conseguido. Mi objetivo era trece días y medio, pero teniendo en cuenta las 8 horas que pasé empujando la bicicleta en la nieve, enseguida supe que iba a ser muy difícil. Cualquiera que termine esta prueba en estas condiciones ha conseguido un gran logro. Me sentí decepcionado por no haber podido disputar el récord, pero me alegré de haber ganado una de las ediciones más duras del Tour Divide. Las condiciones esta vez eran bastante más duras que en 2016, cuando Mike estableció el récord -hizo un trabajo increíble y fue tremendamente rápido-, pero yo estaba allí ese año y las condiciones fueron perfectas de principio a fin“.
Toda prueba de varios días conlleva altibajos, pero los ojos de Sofiane se iluminan cuando recuerda algunas de las vistas de las que disfrutó a lo largo del Tour Divide: “Durante los primeros cuatro o cinco días estuve tan concentrado en la carrera y en ser lo más rápido y eficiente posible y en asegurarme de que los competidores quedaran lo más atrás posible, que no me dio tiempo a apreciar nada de lo que me rodeaba. En la parte superior de un tramo de caminata con la bicicleta había un lago glacial a un lado y un bosque de pinos al otro y todo estaba cubierto de nieve, pero no pude siquiera contemplarlo. El paisaje era mucho menos importante que lo que estaba haciendo. No encontré el espacio mental necesario para sentir ningún tipo de emoción con respecto al lugar por el que transitaba. Posteriormente, algo cambió cuando supe que tenía un hueco importante. En ese momento me abrí a todas las emociones, tanto a las buenas como a las malas. En Montana empecé a rodar hacia las 2 de la madrugada, tras una parada de 90 minutos. Hacia las 9 de la mañana me encontraba en un valle, en un lugar que no recordaba de anteriores pasadas, así que fue bastante inesperado. Tenía viento de cola y todo iba bien y fue la primera vez durante la carrera que me permití estar fuera de la carrera y disfrutar del paseo. Durante un rato ya no estaba compitiendo, solo pedaleando, y me dio tiempo a observar el paisaje y valorar la suerte que tenía de estar allí”.
"Aparentemente es penosa y superdura, pero también muy bonita".
Antes de dejar a Sofiane volver a su vida cotidiana en París, teníamos una pregunta más obvia para él: ¿cuál era su próximo objetivo? ¿Quedaba algo por ahí lo suficientemente grande como para suponer un reto para él? "No hay muchas otras grandes pruebas que aún no haya ganado, pero es un deporte muy joven y no dejan de surgir nuevos retos. He ganado suficientes carreras importantes para consolidar mi palmarés y establecerme como uno de los mejores corredores, lo que significa que puedo ir a diferentes pruebas con una motivación diferente. Llevo mucho tiempo pensando en la HighlandTrail550. Todos los años la miro y pienso en lo difícil que parece, pero tengo muchas ganas de hacerla y no sé por qué. Aparentemente es penosa y superdura, pero también muy bonita. Es una carrera bastante mítica para la comunidad de bikepackers incondicionales. No estoy seguro de tener laa habilidad con la bicicleta de montaña necesaria para ganarla, pero me gustaría intentarlo. Normalmente se necesitan un par de intentos para conseguir ganarla. Solamente terminarla estaría bien esta vez".
"Incluso si llego a un punto en el que no puedo encontrar grandes objetivos que supongan un reto para mí, quiero seguir vinculado al deporte".
¿Y qué ocurrirá con su vida después de las carreras? "Tengo cuarenta años, así que no podré seguir al pie del cañón durante otros diez años, pero siempre me aseguraré de divertirme con la bicicleta y de disfrutar de las carreras. Por el momento, sigo disfrutando mucho de estar ahí fuera, pasando mucho tiempo sobre la bicicleta y sintiéndome fatigado todo el tiempo. Me sigue gustando ganar y, lo que es más importante, me encanta la sensación de camaradería que se respira al final de una prueba, con todos sentados en la meta intercambiando historias. Estoy muy contento de formar parte de esta comunidad y aspiro a seguir formando parte de ella, no solo como alguien que gana carreras, sino como alguien que defiende los valores del deporte. Me encanta que la comunidad respete mi opinión. Todos los corredores de alto nivel que he conocido, además de tener cuerpos fuertes, son inteligentes y elocuentes y tienen unos valores firmes, y por eso me encanta formar parte de esta comunidad. Me encantaría llegar a ser organizador de pruebas en algún momento y seguir aportando. No sé exactamente cómo, pero quiero seguir participando y luchando por los valores fundamentales de esta comunidad".